La expansión de College Board a América Latina
Escuchar al doctor Manuel Maldonado Rivera hablar sobre su historia laboral en College Board es materia para un buen documental. Como buen humanista y gran educador, el doctor Maldonado nos narra cómo se integró a College Board en el periodo de su expansión a América Latina.
Este insigne cialeño, quien fue director ejecutivo de la Oficina de Puerto Rico y luego vicepresidente de la Oficina de Puerto Rico (1987-2005) fue el primer puertorriqueño en ostentar ese último título.
Su primer contacto con College Board (CB) fue en el 1961 cuando el doctor Adolfo Fortier le llamó para participar como representante de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en la Junta Asesora de la organización.
«En 1985, el entonces presidente de la UPR, Fernando Agrait, me nombra ayudante especial para organizar programas nuevos, posición que acepté. Luego, Fortier me habla de su retiro y me dice que cualificaba para dirigir la oficina de College Board. De primera instancia le dije que no. Además, no sabía nada de la parte técnica de la psicometría para preparar exámenes. Él insistió diciendo que quería mi liderato y capacidad de organización», relató.
Según el educador, aceptó y pasó un año de transición en CB para luego sustituir al Dr. Jorge Dieppa, director de la Oficina de Puerto Rico. El psicólogo Dieppa fue junto a Fortier fundador de la misma.
“Ya College Board tenía un prestigio enorme en el país, todo ello labrado por Fortier”, resaltó Maldonado Rivera.
Según el profesor emérito de la Facultad de Estudios Generales de la UPR, ampliar los servicios para Latinoamérica fue una “experiencia dura, pero mis retos siempre fueron grandes oportunidades”, sostuvo. En aquel momento, la oficina ofrecía servicios educativos a dos universidades privadas de México: el Instituto Tecnológico de Monterey y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). También llegaron casos excepcionales como el de la Universidad de Aguas Calientes, para usar la prueba PAA de College Board.
“Así surgió el Congreso en Aguas Calientes donde invitamos a todas las universidades, privadas y públicas de todos los estados mexicanos para presentarnos, aclarar dudas y establecer relaciones”, explicó.
De ahí no olvida su encuentro con la Universidad de Guadalajara que, al igual a la de Aguas Calientes, estaba interesada en regularizar la admisión universitaria mediante una prueba. El trabajo rindió frutos y se logró demostrar la eficiencia y efectividad de los instrumentos de la organización.
“La expansión siguió en universidades privadas de Panamá, Uruguay, Argentina y el resto es historia”, recordó.
Para el doctor Maldonado esta experiencia de trato, viajes y alianzas con universidades latinoamericanas fue un proceso de aprendizaje continuo. Sobre el momento actual, dejó claro que “si fuera director de admisiones de una universidad usaría la totalidad del examen”. Para el experimentado educador, “un buen examen de admisión cumple una función importante y tener un instrumento que evalué a toda la población escolar siempre es positivo”.